martes, 19 de julio de 2016

Siete de Febrero

Sin buscarlo ni quererlo tras una tarde de celebración vestida de gala, me fui a aquel lugar lleno de luces y sombras, de ruido y silencio, de recreo y trabajo... 

Empezamos con un juego de miradas que se entrelazaban en la noche, diferentes cargos, un mismo sitio y una canción que invitaba a hablarnos cara a cara.
Cada fin de semana me encontraba con la felicidad sentada en la barra del bar poniendo música y controlando que todo fuera bien. Y fue aquella noche, cuando los dos queríamos permanecer mas tiempo en ese lugar, que la noche fuera noche y que esas miradas actuaran por si solas.




A partir de entonces algo iba creciendo dentro de mi, cada vez la cuerda se hacia mas corta y yo siempre quería más. Cada sensación nueva me acercaba más a ti  y mis ojos no dejaban de brillar.